Vélez-Blanco

Siempre hablo de ciudades fantásticas extranjeras, lugares diferentes fuera de nuestras fronteras. No porque no aprecie lo que tenemos, sino por sorprender tal vez, o por mostrar sitios y países algo lejanos, que puedan impactar al lector.

Hoy va a ser diferente.

Dentro de nuestro país, tenemos lugares maravillosos que visitar, zonas incluso mágicas en un espacio como nuestras fronteras, lleno de tantos contrastes como direcciones tiene la rosa de los vientos.

Casi todos conocemos las ciudades españolas, ya sea por oídas, por la tele o por visitas. He tenido la suerte de visitar la gran mayoría de ciudades españolas importantes, y de las capitales de provincia. Así que, últimamente me dedico a visitar pueblos, lugares olvidados, o zonas diferentes, que aporten algo especial, único.

Por lo tanto, seguiré alternando ciudades extranjeras, lugares lejanos, pero también, a partir de ahora, incluiré paraísos cercanos, y que, muchas veces, no valoramos, o ni siquiera paramos a visitarlos.

Hace no mucho tiempo, tuve la idea de ir a visitar la ruta de Los Vélez, apenas a 200 kilómetros de Alicante. Esta ruta consiste en cuatro pueblos: Vélez-Rubio, María, Chirivel y Vélez-Blanco, todos ellos en el noreste de la provincia de Almería, todos ellos localizados en el Parque Natural de Sierra María-Los Vélez.


Recuerdo que no sabía que me iba a esperar. Había pasado gran cantidad de veces cerca de allí, y siempre pensé en detenerme. Y realmente me llevé una grata sorpresa.

De las cuatro localidades mencionadas, cada una de ellas con su encanto y su solera, mi fiel compañera de aventuras y un servidor, llegamos a la conclusión que, el pueblo que más nos había gustados de ellos, era Vélez-Blanco.

Nada más llegar allí, existía un ambiente mágico. El pueblo, de no más de dos mil habitantes, estaba situado en un altiplano, con un castillo vinculado a la familia de los Fajardo, que vigila toda la comarca.

Subimos calle arriba desde la falda del pueblo, junto a un pequeño arroyo que nos condujo a una fuente natural enclaustrada entre unas viviendas, y escondida en una especie de sótano. Era verano y ese agua nos salvó de muchas cosas.

Las casas todas encaladas, nos acompañaban a lo largo de las calles, serpenteando a consecuencia de los caprichos arquitectónicos indudablemente marcados por vestigios mozárabes.

Se respiraba tranquilidad y paz, en un pueblo que posee un gran tesoro: El índalo. Como todos sabéis, esta figura de origen neolítico, es el símbolo de Almería. Pues bien, la cueva donde está este, se llama ‘Cueva de los Letreros’, y está en esta pequeña villa. Además, en 1998, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Recuerdo que nos sentamos, en la parte trasera del castillo. Hacía algo de viento, y no había nubes. Y podíamos contemplar toda la llanura, hasta donde alcanzaba la vista.

Salí de ese pequeño pueblo con la sensación de querer volver. De perderme otra vez por sus calles, y de imaginar épocas pasadas.

Os invito a ir, y a perdeos por allí.

Y si no vais a volver a casa, NO OLVIDES LLAMAR A TU MADRE, que sino os va a esperar levantada ;)

(Nota: No tenía fotos mías, así que la fuente de las mismas es el buscador de imágenes de Google)

Como siempre, un pequeño tour sobre lo tratado.


2 comentarios:

José E. Domínguez dijo...

Hola Víctor:
Mágnifico blog el tuyo, la verdad es que está bastante currado, mostrando sitios que te dan ganas de decir "C...! Ahi quiero ir yo!
Sigue así, pq es de los mejores blogs que he visto hasta ahora.
Si te apetece echarle un ojo al mío (bastante más modesto), pincha en: rinconesterreta.blogspot.com
Un saludo!

Administrador dijo...

Muchas gracias amigo!

He visto el tuyo y me parece realmente interesante, ya te lo he comentado allí. Hay mi sitios que tenemos al lado de casa y que ni conocemos!!!

Eso es lo que intento con el blog, que lo veáis y digáis: Quiero ir ya! :)

Un saludo!